Todos perdemos esta vulnerabilidad en el mundo del ruido, de la brutalidad, de la vulgaridad

y el alboroto de la vida cotidiana. Tener los sentidos agudizados, no algún sentido en particular sino todos los sentidos completamente despiertos lo cual no implica necesariamente ceder a ellos- ser sensibles a todos los movimientos del pensar, a los sentimientos, a los pesares, a la soledad, a la ansiedad... estar con todos esos sentidos totalmente despiertos implica tener una clase diferente de sensación que va más allá de todas las reacciones sensorias o sensuales. ¿Alguna vez hemos mirado el mar, o aquellas inmensas montañas, los Himalayas, que se extienden de horizonte a horizonte, o hemos mirado una flor con la totalidad de nuestros sentidos? Cuando hay una observación así, no existe un centro desde el cual uno esté observando, no existe un ‘yo’. El ‘yo’, la limitada observación de un sentido o dos, engendra el movimiento egotista. Después de todo, vivimos a base de los sentidos, de las sensaciones, y es sólo cuando el pensamiento crea la imagen a partir de las sensaciones, que surgen todas las complejidades del deseo.

Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .

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