La sabiduría no nos descubre este gran combate hasta el último momento. para que, al
estar preparados de antemano por los placeres que se nos han prometido en el Dios benefactor y por los medios que se nos han ofrecido en el Dios que sufre, podamos lanzarnos con más valor al campo de batalla y congratularnos con la victoria, pues con esta victoria es con lo único con que se trazan en nosotros los planos del templo y los diversos departamentos que comprende, entre lo cuales hay uno por el que el Santo de los Santos se comunica con nosotros, lo mismo que se comunicaba con el sumo sacerdote en el templo de Jerusalén. Sólo entonces es cuando se confirma en nosotros la anunciación del ángel y la concepción por obra del Espíritu Santo, de la que podemos esperar un feliz alumbramiento Divino, si cumplimos todos los requisitos de los que ya hemos hablado en este tema y si se nos imponen a la vez, por la sabiduría y por la necesidad de nuestra propia regeneración.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .