La mente no puede fabricar esa cosa llamada eternidad, tal como no puede cultivar el
amor. Ni la eternidad puede ser descubierta por una mente que la está buscando. Y la mente que no la busca, es una mente malgastada. La mente es una corriente, muy profunda en el centro y muy superficial en la periferia, como el río que tiene una fuerte corriente en el medio y agua quieta en sus orillas. Pero la corriente profunda tiene tras sí el caudal de la memoria, y esta memoria es la continuidad que atraviesa la ciudad, que se ensucia y que queda limpia nuevamente. El caudal de la memoria provee la fuerza, el impulso, la agresión y el refinamiento. Es esta memoria profunda la que se reconoce como las cenizas del pasado, y es esta memoria la que tiene que llegar a su fin. No hay método para terminar con ella ni moneda con la cual poder comprar un nuevo estado. El ver todo esto es su terminación. Es sólo cuando este inmenso caudal llega a su fin que hay un nuevo comienzo. La palabra no es lo real; lo que la palabra mide niega lo verdadero.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .