Cuanto más ahondan los investigadores modernos en sus observaciones, tanto más frecuentemente les dan en
rostro los descubrimientos antiguos. Expone el geólogo francés Beaumont una teoría sobre los movimientos internos del globo en relación con la corteza terrestre, y echa de ver que se le habían adelantado los antiguos en la exposición. Preguntamos cuál es la más novísima hipótesis acerca de la formación de los yacimientos minerales, y nos dice Hunt que el agua es el disolvente universal, según ya afirmó Tales de Mileto veinticuatro siglos atrás al enseñar que el agua es el originario elemento de todas las cosas. El mismo Hunt, apoyado en la autoridad de Beaumont, trata de los movimientos del globo y de los fenómenos psíquicos del mundo material, diciendo por una parte que “no está dispuesto a conceder que los espiritualistas posean el secreto de la vida orgánica”, mientras que por otra confiesa, a nuestra completa satisfacción, lo que leemos en el pasaje siguiente: “Bajo muy diversos aspectos están relacionados los fenómenos del reino orgánico y los del reino mineral, cuya recíproca dependencia ofrece tan vivo interés que nos concita a vislumbrar la verdad subyacente en las opiniones de los filósofos antiguos que atribuían fuerza vital a los minerales y consideraban el globo terráqueo como organismo vivo, cuyo proceso biológico se manifestaba en las alteraciones de la atmósfera, de las aguas y de las rocas”.
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .