El vacío es la primera en llegar de las tres contemplaciones. Todas las cosas se

consideran vacías. Luego le sigue la falsa ilusión. Aunque se sabe que están vacías, las cosas no se han destruido, pero uno atiende a sus asuntos en medio del vacío. Escúchalo profundamente, porque las personas que son desdichadas en el mundo casi siempre empiezan a pensar en renunciar al mundo, ¡como si el mundo fuera el problema! El mundo nunca es el problema, tú eres el problema, y dondequiera que vayas crearás el problema. Tú eres el proyector; puedes renunciar al mundo —el mundo es solo una pantalla blanca—, pero el proyector está dentro de ti. Puedes ir a cualquier parte y empezarás a proyectar tu película allí, sobre otra cosa. Puede que no sea un palacio; entonces puede que sea una pequeña cabaña, pero esa cabaña se convertirá en tu reino. Puede que ni siquiera sea una cabaña... Vagando por los Himalayas, he encontrado a mucha gente. Una vez me encontré con un santo, un supuesto santo, que había vivido al menos treinta años en una cueva. Me gustó la cueva, y estaba con dos o tres amigos, así que nos quedamos a pasar la noche en la cueva. Él se enfadó mucho. Dijo: «¿Cómo que os quedáis? ¡Ésta es mi cueva!» Yo dije: «Pero tú has renunciado al mundo. ¿Cómo va a ser tuya esta cueva?» Él dijo: «¡Ésta es mía! He vivido aquí treinta años.» «Puedes haber vivido aquí treinta vidas, ¿pero cuál es el significado de la renuncia? ¿Por qué abandonaste a tu esposa? ¿Por qué abandonaste tu casa? ¿Qué problema había allí? El problema era "mío". Ahora esta cueva es "tuya"; ahora el problema ha venido con la cueva, ahora la posesividad se ha adherido a la cueva.».

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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