La «simplicidad», expresión de la unificación de todas las potencias del ser, caracteriza el retorno

al «estado primordial»; y se ve aquí toda la diferencia que separa el conocimiento transcendente del sabio, del saber ordinario y «profano». Esta «simplicidad», es también lo que es designado en otra parte como el estado de «infancia» o de «niñez» (en sánscrito bâlya), entendido naturalmente en el sentido espiritual, y que, en la doctrina hindú, es considerado como una condición preliminar para la adquisición del conocimiento por excelencia. Esto recuerda las palabras similares que se encuentran en el Evangelio: «Quienquiera que no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él» . «Mientras que has ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes, las has revelado a los simples y a los pequeños» .

Ariza Francisco . Apercepciones sobre el esoterismo islámico y el Taoísmo .

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