Cuando entre en alguna ciudad o en algún pueblo de la tierra del hombre, buscará

a alguien que sea digno de alojarlo y se quedará en su casa hasta que esté en situación de irse. Al entrar en una casa, saludará diciendo: que la paz sea en esta casa. Si esta casa es digna de ella, la paz vendrá a ella y, si no es digna, la paz volverá a él, porque la paz no puede confundirse con las nacio- nes que no son dignas de ella.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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