Una cosa muy simple, pero maravillosa, es la de bendecir cada noche y mañana a

esa Presencia Magnífica de Vida que anima la mente y el cuerpo. Es una cosa tremenda el sentir profundamente esta acción de gracias por la Presencia de la Vida, que contiene dentro de Ella misma todas las cosas. Solamente tienes que estar agradecido a la Vida por todo lo que Ella es y contiene. La misma Presencia de la Vida nos capacita para hacer las cosas de las cuales estamos conscientes y deseamos hacer, porque no podemos movernos sin esta Presencia, no podemos ni pensar sin ella. Si uno tomase este decreto: «YO SOY la Presencia pensando a través de esta mente y este cuerpo», recibiría ideas notables.

Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .

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