«Además, ¿qué hará el hijo del hombre cuando venga en su majestad, acompañado de todos
sus santos ángeles, se siente en el trono de su gloria y se congreguen ante él todas las naciones de la tierra? Separará a unos de otros, lo mismo que un pastor separa a los corderos de los cabritos Pondrá a los corderos a su derecha y a los cabritos a su izquierda y dirá a los que estén a la derecha: venid, benditos de mi padre, a tomar posesión como herencia del reino que se os ha reservado desde el principio del mundo, porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, necesitaba cobijo y me albergasteis, no tenía ropa y me vestísteis, estuve enfermo y me visitasteis, estuve preso y vinisteis a verme. Entonces le dirán los justos ¿cuándo te hemos hecho todas estas cosas? y el rey les responderá: en verdad os digo que tantas veces como habéis cumplido estos deberes de caridad con los más pequeños de mis hermanos, es conmigo con quien los habéis cumplido, porque estos pequeños son, por sus sufrimientos, una sola cosa conmigo».
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .