George Gurdjief contaba lo siguiente: Un mago que vivía en las montañas tenía muchas ovejas

y para ahorrarse a los criados e ir en busca de los animales todos los días, cuando se extraviaban, hipnotizó a las ovejas y les contó una historia distinta a cada una. Les impuso una mente distinta a cada una. A una le dijo: «No eres una oveja. Eres un hombre, o sea, que no te preocupes. Ni te van a matar ni a sacrificar, como a las demás ovejas. Ya sabes; son solo ovejas. Vamos, que no te preocupes. Puedes volver a casa tranquilamente». A otra le dijo: «Eres una leona, no una oveja», y a otra: «Eres un tigre». Y a partir de ese momento el mago empezó a sentirse tranquilo, porque las ovejas empezaron a actuar de acuerdo con la mente que él les había dado. Por supuesto, mataba ovejas —todos los días, para que comieran su familia y él—, pero las ovejas que estaban convencidas de ser leones, hombres o tigres decían entre risas: «Hay que ver lo que les pasa a las ovejas». Y no tenían miedo, a diferencia de los viejos tiempos. Cuando aquel hombre sacrificaba una oveja antes, las demás decían temblorosas: «Mañana es el día final. ¿Cuánto voy a vivir?». Y por eso se escapaban, para librarse del mago. Pero luego nadie podía escaparse, porque había leones, tigres... Se les habían implantado toda clase de mentes.

Osho . El libro del ego .

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