Las iniciaciones rituales de los Misterios Mayores de la tradición Esotérica Occidental se basan en

los principios contenidos en el Arbol de la Vida. Así, por ejemplo, cada grado corresponde a un Sephirah y debe conferir, si la Orden merece el nombre que lleva, los poderes correspondientes a esa Esfera de la naturaleza. Igualmente abre los Senderos que conducen a ese Sephirah, de tal manera que se ha podido decir: Que el Iniciado es el Señor del Sendero 32 cuando ha recibido la iniciación correspondiente a Yesod o Señor del 24, 25 y 26, y cuando ha alcanzado la iniciación correspondiente a Tiphareth que lo convierte en un Iniciado perfecto. Más allá están los grados superiores del Adepto. El objeto de cada grado de iniciación consiste en introducir al candidato en la Esfera de cada Sephirah ordenadamente, partiendo desde Malkuth hacia arriba por el Arbol. Las instrucciones que se dan en cada grado hacen referencia al simbolismo de las fuerzas de esa Esfera y a los Senderos que las equilibran. Teniendo en cuenta que el signo y la palabra del grado se emplean cuando se marcha por esos Senderos, mediante la visión espiritual, o cuando se proyecta uno mismo en el plano astral, concluímos que el iniciado puede moverse con certeza y seguridad en cualquier Esfera invisible a la que desee penetrar contrarrestando la oposición de los seres que encuentre o las visiones que tenga, porque él sabe qué colores de los Senderos se hallan en las cuatro escalas, y asimismo le es posible contralorear su visión con ello. Si se encuentra trabajando en el Sendero 32, de Saturno, cuyos colores son sombríos tocados con matices de indigo, azul obscuro y negro, sabrá que algo anda mal, si por ejemplo se le presenta una figura vestida de escarlata. O de otra manera, esa figura es una ilusión o él mismo se ha desviado del Sendero.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

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