Has extirpado de tu corazón la podredumbre y lo has sangrado de todo deseo

impuro. Mas no ha concluido todavía tu tarea, glorioso combatiente. Construye alto, lanú, el muro que circundará la Isla Santa, el dique que protegerá tu mente del orgullo y de la satisfacción, al pensar en la grande hazaña llevada a cabo.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

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