De esta manera, las tres contemplaciones se unifican. Entonces las tres contemplaciones ya no son

tres, se vuelven una sola contemplación. Te estás recogiendo en el centro y tomas conciencia del centro. Esto es lo que Gurdjieff llama «recuerdo de uno mismo», y lo que Buda llama sammasati, presencia atenta, y lo que Mahavira llama vivek, discernimiento. Ahora has visto lo que es irreal, has discernido lo irreal de lo real. Ahora has visto lo que es sombra y lo que es sustancia. Has visto la luna real y has visto el reflejo en el agua. Ahora... ¡el reflejo continúa! Simplemente por saber que es un reflejo no va a desaparecer. Continúa, y no hay ningún problema: ¡es hermoso! Te puedes sentar junto al lago y ver el reflejo: es hermoso, no hay ningún problema en ello, pero sabes que no es real. Pero, después de todo, la fortaleza está en visualizar el vacío. Pero recuerda: toda la integración, la cristalización, surge de «visualizar el vacío». Ése es el principio de la meditación. Por tanto, cuando uno practica la contemplación del vacío, el vacío está ciertamente vacío... Ahora tendrás que profundizar un poco más. Cuando sabes que todo está vacío, no hay problema. Puede que empieces a pensar que el vacío es algo muy real: ése es el problema; porque la mente siempre se queda atrapada en las palabras. Hay una pequeña historia en el hermoso libro Alicia en el País de la Maravillas: Alicia se acerca al rey. El rey está esperando ansiosamente que llegue alguna carta de amor. Le está preguntando a todo el mundo: «¿Has visto al mensajero?» También le pregunta a Alicia: «¿Has visto a algún mensajero viniendo hacia mí?» Alicia dice: «A nadie, señor», y el rey piensa que ha visto a alguien que se llama Nadie. El rey dice: «Pero parece que Nadie camina más despacio que tú, de lo contrario ya habría llegado. Porque he estado oyendo las nuevas una y otra vez: ha llegado mucha gente y todos dicen "A Nadie, señor", ¡y todavía no ha llegado Nadie! Así que parece que Nadie camina más despacio que tú.» Y naturalmente, Alicia pensó: «¿Qué está diciendo? ¿Nadie camina más despacio que yo?» Y replicó agudamente: «¡Nadie camina más rápido que yo!» Se sintió ofendida. Y el rey dijo: «¿Nadie camina más rápido que tú? ¿Entonces por qué no ha llegado todavía?» Ahora Alicia se dio cuenta de cuál era el problema. Dijo: «Señor, nadie es Nadie.» Y el rey dijo: «Por supuesto. Ya sé que Nadie tiene que ser Nadie. ¿Pero dónde está?» Y esto continuó de esta manera. Incluso el vacío puede volverse una cosa. Eso es lo que sucedió en la filosofía budista: los filósofos empezaron a hablar del vacío como si el vacío fuera Dios, como si el vacío fuera la sustancia misma de la vida. Empezaron a hablar de la nada como si la nada fuera algo. «Nada» es solo una palabra. En la naturaleza, no existe. «No» es una invención humana. En la naturaleza, todo es «sí». En la naturaleza, solo existe lo positivo. Lo negativo es una invención del hombre. Por ejemplo, esta silla es solo una silla. En la naturaleza, la silla es solo una silla, es lo que es, pero en el lenguaje podemos decir: «Esto no es una mesa. Esto no es un caballo. Esto no es un hombre»... y todas esas declaraciones son correctas, porque la silla no es la mesa, y la silla no es el caballo, y la silla no es el hombre. Pero éstas son solamente negativas lingüísticas. En la naturaleza, en la existencia, la silla es simplemente la silla. En la naturaleza, lo negativo, no existe, sino solo lo positivo. Pero en el lenguaje existe lo negativo, y debido a lo negativo han surgido grandes filosofías: la nada se convierte en una cosa en sí misma, se habla de la ausencia como si fuera un tipo de presencia. Así que ten cuidado con esto.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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