Se estaba tranquilo en ese parque, pero todas las madrugadas, alrededor de las cuatro y
media, se oían canciones, un sonido estruendoso de radios que llegaba del otro lado del río y fragmentos de un cántico en sánscrito, pues era un mes de fiesta. Este cántico era bello, pero el resto de la música resultaba más bien exasperante. Una tarde, en el barrio pobre que se encontraba a unos centenares de yardas, estuvieron tocando música de cine en un gramófono al volumen más alto posible; ello continuó hasta la noche y alcanzó su culminación cerca de las nueve.
Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .