La primera fase es autosexual. Cuando nace el niño es narcisista. Ama su cuerpo inmensamente,

y esto es hermoso. Conoce sólo su cuerpo: con solo chupar su propio pulgar siente una gran euforia. Ves al niño chupándose el pulgar, la euforia que hay en su rostro. Simplemente jugando con su propio cuerpo, tratando de llevarse a la boca el dedo gordo del pie, haciendo un círculo con la energía. Cuando un niño se lleva a la boca el dedo gordo del pie, se crea un círculo y la energía empieza a moverse en círculo. La luz circula naturalmente en el niño y él lo disfruta, porque cuando circula la luz hay una gran alegría por dentro. El niño juega con sus propios órganos sexuales, sin saber que son órganos sexuales. Aún no ha sido condicionado; conoce su cuerpo como una totalidad. Y ciertamente, los órganos sexuales son la parte más sensible de su cuerpo. Disfruta absolutamente tocándoselos, jugando con ellos. Y aquí es donde la sociedad, la sociedad venenosa, entra en la psique del niño: «¡No te toques!» «No» es el primer taco, la primera palabrota. Y de esta palabrota salen muchísimas más: no puedes, no lo harás... Todas ésas son palabrotas. Una vez que le dicen al niño «¡No!», y el padre o la madre están enfadados, y esos ojos..., y le retiran al niño la mano de sus órganos genitales, que naturalmente son muy placenteros, lo está disfrutando. Y no está siendo sexual o nada por el estilo: es simplemente la parte más sensible de su cuerpo, la parte más viva de su cuerpo, eso es todo. Pero nuestras mentes condicionadas... «Está tocando un órgano sexual, eso es malo»: le retiramos la mano, creamos culpa en el niño. Ahora hemos destruido su sexualidad natural. Ahora hemos empezado a envenenar la fuente natural de su alegría, de su ser. Ahora estamos creando hipocresía en él. Se volverá diplomático: cuando estén ahí los padres no jugará con sus órganos sexuales. Ha surgido la primera mentira. No puede ser auténtico. Ahora sabe: si es fiel a sí mismo, si se respeta a sí mismo, si respeta su propia alegría, si respeta su propio instinto, entonces sus padres se enfadan y él está desvalido ante ellos: depende de ellos, su supervivencia está en ellos; si le abandonan, morirá. De manera que se trata de elegir ¿qué? Si quiere vivir, y la condición es que si quieres vivir tienes que estar contra ti mismo. Y el niño tiene que doblegarse. El niño es el fenómeno más explotado del mundo. Ninguna otra clase ha sido tan explotada como el niño. No puede hacer nada: no puede crear asociaciones para luchar con los padres, no puede ir a los tribunales, no puede acudir al Gobierno. No tiene ninguna manera de protegerse contra el ataque de los padres. Y cuando los padres le paran, le están parando debido a su propio condicionamiento; sus padres les habían hecho lo mismo a ellos. Se sienten muy azorados cuando el niño se toca los genitales y juega con ellos, y sin ninguna vergüenza.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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