Su mayor privilegio y su más intenso goce consiste en ayudar a sus hermanos que

luchan, sin que tengan conocimiento de sus servicios ni la menor idea del poderoso brazo que les aligera el yugo, de la dulce voz, que muy por lo quedo los consuela en sus penas. Ni se les ve ni se les reconoce.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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