Según otra versión del Edda, el universo visible surgió del centro de las frondosas ramas

del Iggdrasill (árbol mundanal de tres raíces). Por debajo de la primera raíz corre el manantial de vida (Urdar) y debajo de la segunda está el famoso pozo de Mimer, en cuyo fondo se ocultan la inteligencia y la sabiduría. Odin pide un vaso de agua de este pozo y lo consigue con la condición de dejar un ojo en prenda. Este ojo es el símbolo de la Divinidad, porque Odin lo deja en el fondo del pozo. Del árbol mundanal cuidan tres doncellas (normas o parcas), llamadas, Urdhr, Verdandi y Skuld, símbolos del pasado, el presente y el futuro. Todas las mañanas, mientras computan la duración de las vidas humanas, sacan agua de la fuente de Urdar para regar las raíces del árbol mundanal. Las emanaciones del fresno (Iggdrasill), al condensarse y caer en suelo, dan existencia y forma a la materia inanimada. Este árbol simboliza la vida universal, así orgánica como inorgánica; sus emanaciones significan el espíritu que vivifica las formas de la creación; y de sus tres raíces, una se extiende hacia el cielo, otra hacia la morada de los magos (gigantes de las altas montañas), y la otra, bajo la cual mana la fuente Hvergelmir, la roe el monstruo Nidhögg, que constantemente induce a los hombres al mal. También los tibetanos tienen su árbol mundanal en la antiquísima leyenda cosmogónica de su país. Le llaman Zampun, y tiene asimismo tres raíces, de las cuales la primera se extiende hacia el cielo hasta la cima de las más altas montañas, la segunda hacia las regiones inferiores y la tercera llega a Oriente.

H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .

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