Una de las menos comprendidas en la filosofía cristiana es el problema del mal; y

una de las cosas donde la ética cristiana se muestra la menos informada es el problema de la fuerza y de la severidad, por oposición a la misericordia y la dulzura. De consiguiente, Gueburah, el Quinto Sephirah, cuyos títulos adicionales son Din (justicia) y Pachad (el Temor), es uno de los Sephiroth menos comprendidos, siendo uno de los más importantes. Si no fuera que la doctrina cabalista, en términos bien explícitos, afirma el carácter sagrado de los diez Sephiroth, muchos estarían inclinados a ver en Gueburah el aspecto maligno del Arbol de la Vida. El planeta Marte, cuya Esfera es el chakra mundano de Gueburah, es llamado "maléfico" en astrología. Por tanto, aquellos que están bien informados más allá de las vías ilusorias de una filosofía demasiado engañosa que toma sus deseos por realidades, saben que Gueburah en ningún modo es el Enemigo, el Adversario, de que habla la Escritura, sino Rey en su carro que parte para la guerra, cuyo poderoso brazo derecho protector defiende su pueblo con la espalda y la legalidad, y cuida que la justicia sea hecha. Kjesed, el Rey sentado en su trono, el Padre del pueblo de días pacíficos, bien puede merecer nuestro amor; pero quien es acreedor de nuestro respeto es Gueburah, el Rey sobre su carro, que parte para la guerra. Jamás se ha hecho suficiente justicia a la parte que merece el sentimiento del repeto en la emoción del amor. Experimentamos una clase de amor para aquel que sabe inspirarnos el temor de Dios, si la ocasión se presenta, de una manera muy diferente, mucho más permanente y más estable y, cosa curiosa, mucho más satisfactoria aún, desde el punto de vista emocional, que el amor, en el cual no existe ningún sentimiento de temor. Gueburah es quien inspira este sentimiento de temor al Señor que es el comienzo de la Sabiduría, al mismo tiempo que un sentimiento general y de sano respeto que nos ayuda a mantenernos en el dificil y estrecho sendero, y apela a nuestra naturaleza superior, pues sabemos que gracias a él nuestros pecados serán puestos a la luz. Este es un factor al cual la moral cristiana, por lo menos en su sentido popular, no da bastante importancia; y, puesto que la opinión general de la sociedad cristiana alimenta un prejuicio con respecto del Santo Quinto Sephirah, será necesario considerar su relación con el Arbol de la Vida y, a la vez, el papel que desempeña en la vida espiritual y social, con un muy amplio detalle, pues este Sephirah no es bien comprendido; y esta falsa apreciación con respecto al valor que representa es la causa de muchas dificultades en nuestra existencia moderna.

Dion Fortune . La Cabala Mistica .

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