Lu-Tsu tiene razón: simplemente observa esas distracciones, permanece alerta. Si te distraes y te olvidas
de la meditación, no te preocupes. En el momento en que recuerdes que te has distraído, vuelve, serénate otra vez, haz que el corazón vuelva a estar calmado, empieza a respirar silenciosamente de nuevo. No te sientas culpable por haberte distraído, porque eso será otra distracción. Por eso digo que la mente es astuta. Primero te distrae, y entonces un momento lo ves... ¿Qué estás haciendo? Estabas meditando, y has ido a Vrindavan y estás comiendo y... ¿qué estás haciendo? Te llevas a rastras. Y empiezas a sentirte culpable. Esto no es bueno. Ahora sentirte culpable es otra distracción, ahora la culpa hace que te sientas desdichado: la desdicha es otra distracción. Una distracción lleva a la otra.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .