La tercera gran etapa de la conciencia comprende el desarrollo de los más elevados poderes
intelectuales. Ya no sólo se alimenta el pensamiento de las imágenes mentales suministradas por las sensaciones, ya no especula únicamente sobre los objetos concretos ni se limita a los atributos que diferencian unos de otros, sino que habiendo aprendido a distinguirlos con claridad por la apreciación de sus desemejanzas, comienza a agruparlos por razón de algún atributo especial que es común a objetos diversos y constituye su lazo de unión. Así deduce este común atributo y lo extrae, colocando todos los objetos que lo poseen aparte de los que carecen de él, y de este modo desarrolla la facultad de reconocer la identidad en al diversidad: primer paso hacia el reconocimiento futuro de lo Uno como fundamento de lo múltiple. Así va clasificando el Pensador cuanto le rodea, desarrollando, en consecuencia, la facultad de sintetizar, aprendiendo a construir al mismo tiempo que a analizar. Da entonces un paso más, y concibe la propiedad común como idea separada de todos los objetos en que aparece; formando así imágenes mentales de especie superior a las de los objetos concretos: imágenes de ideas que no tienen existencia fenomenal en el mundo de las formas, sino que existen en los niveles mas elevados de plano mental y ofrecen materia en que el mismo Pensador ejerce su actividad. La mente inferior almacena la idea abstracta mediante la razón, y al hacerlo, tiende raudo el vuelo hasta tocar los límites del mundo sin forma, desee donde confusamente vislumbra lo que hay más allá. El Pensador considera estas ideas y vive habitualmente en medio de ellas; y ejercitado y desarrollado ya el poder de razonar sobre lo abstracto, el Pensador comienza a encontrarse realmente en su propio mundo, comienza la vida de activo funcionamiento en su propia esfera. Los hombres que esto alcanzan, se cuidan poco de los sentidos, de la observación externa, de la aplicación del pensamiento a las imágenes de los objetos exteriores; sus poderes se dirigen hacia dentro, sin buscar fuera sus satisfacciones. Reposan tranquilos en sí mismos, creciendo en el estudio de los problemas filosóficos, en la inspección más profunda del pensamiento y de la vida, antes procurando desentrañar las causas que desvariar en al acumulación de efectos, y acercándose día tras día al reconocimiento de Uno, que se oculta tras las infinitas variedades de la Naturaleza visible.
Annie Besant . La sabiduría antigua .