Alusión a la conocida creencia que reina en Oriente (y también en Occidente, por la

cuenta que le tiene) , de que cada nuevo Buddha o Santo es un nuevo soldado del ejército de aquellos que trabajan en favor de la liberación o salvación del género humano. En los países búddhicos del Norte, cada nuevo Bodhisattva, o gran Adepto iniciado, es llamado “libertador de la humanidad” según expresa la doctrina que en dichos países se enseña, que es la de los Nirmanakayas, esto es, aquellos Bodhisattvas que renuncian a su bien merecido Nirvana o a la vestidura Dharmakaya {excluyéndoles el uno y la otra para siempre del mundo de los mortales), con el objeto de ayudar invisiblemente a la humanidad y conducirla finalmente al Paranirvana (o sea, el estado que alcanza la Mónada humana al fin del gran ciclo). La afirmación que hace Schlagintweit en su Buddhismo en el Tíbet, referente a que el Prulpai Ku, o Nirmânakâya, «el cuerpo en que los Buddhas o Bôdhisattvas se aparecen sobre la tierra para enseñar a los hombres», es errónea hasta el absurdo, y nada explica.

H.P. Blavatsky . La voz del silencio .

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