«He dado a conocer tu nombre a los hombres que me has dado después de
haberlos separado del mundo. Estaban en ti y tú me los has dado y ellos han guardado tu palabra. Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les he dado las palabras que tú me has dado y ellos las han recibido y han reconocido verdaderamente que he salido de ti y han creído que tú me has enviado». Esta gloria que ha tenido el reparador en su padre antes de que existiese el mundo es tan grande que el hombre nuevo la pide como una re- compensa a sus trabajos, como un lugar de reposo por haber manifestado la palabra. Esta gloria debe ser efectivamente el verdadero lugar de reposo para el espíritu del hombre que, según la ley de todo lo que existe, no puede encon- trar descanso nada más que en la generación de su propia fuente en sí mismo.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .