Pero, siempre fíeles a la naturaleza, no contamos con la solidez de esta alianza y

con los largos días del que debe recibir su nacimiento en nosotros, nada más que en la medida en que la vida divina venga a establecerse en noso- tros, como de incógnito, y se forme, como en secreto, una fuente viva e inago- table cuyos arroyos van todos a formar, a su vez, alianzas particulares con todas las formas y todas las propiedades de nuestro ser.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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