Todo este movimiento de observar, de prestar atención al destello explosivo del discernimiento, es un
movimiento único; no se llega a él paso a paso. Es como una rápida saeta. Y sólo ese discernimiento, esa percepción instantánea, directa, puede liberar al cerebro de su condicionamiento no el esfuerzo del pensar, que es una resolución al ver la necesidad de algo; nada de eso puede liberarnos totalmente del condicionamiento. Todo esto implica el tiempo y la terminación del tiempo. El hombre está atado al tiempo, y esa atadura, esa esclavitud al tiempo es el movimiento del pensar. Por lo tanto, hay discernimiento total donde cesan el pensamiento y el tiempo. Unicamente entonces puede darse el florecimiento del cerebro. Unicamente entonces puede uno tener una relación completa con la Mente.
Jiddu Krishnamurti . El Último Diario .