Todos los filósofos medioevales profesaron la teoría de la influencia sidérea en el hombre. A
este propósito, dice Cornelio Agrippa: “Las estrellas constan de los mismos elementos que los cuerpos terrestres y por esta razón se atraen recíprocamente las ideas... Las influencias se ejercen tan sólo con auxilio del espíritu difundido por todo el universo en armonía con los espíritus humanos. El que anhele adquirir facultades sobrenaturales debe tener fe, esperanza y amor... En todas las cosas hay un oculto y secreto poder de que dependen las maravillosas facultades mágicas”.
H.P. Blavatsky . Isis sin Velo. Tomo 1 .