Hay que llegar al pensamiento de que todas las criaturas vivientes tienen que ser redimidas.
Te sorprenderá saber que éste es el criterio, y éste siempre ha sido el criterio. En el budismo se llama «el principio del boddhisattva». Cuanto más te estés acercando a tu propio centro interno, más empezarás a sentir el sufrimiento de todos los seres del mundo. Por un lado te sentirás muy calmado y tranquilo, y por el otro empezarás a sentir una profunda simpatía por todos los que sufren. Y hay sufrimiento y sufrimiento y sufrimiento, todo el lugar está lleno de sufrimiento. Por un lado sentirás que surge en ti una gran alegría, y por el otro también una gran tristeza, de que millones de personas están sufriendo..., y sufriendo ridículamente, ¡sufriendo sin razón! Éste es su derecho de nacimiento, alcanzar este gozo que está llegando a ti. Y no te sientas satisfecho de haberte vuelto dichoso, y así acabe todo. Si te vuelves dichoso, todo no ha terminado. En realidad, ahora el viaje da un viraje. Cuando has alcanzado el estado búdico, cuando has llegado a casa, ahora empieza el trabajo real. Hasta ahora era solo un sueño. Ahora comienza el trabajo verdadero: ayudar a otros a salir de sus sueños. Cuando el discípulo ha despertado, tiene que convertirse en un maestro. Esto es lo que en el cristianismo se llama «el principio de la consciencia crística». Los cristianos no han podido entenderlo realmente, lo han malentendido. Piensan que Jesús es el único cristo. La palabra «cristo» viene de Krishna. Es un principio. El principio es que cuando estás redimido tienes que redimir a todos. Estar redimido de la desdicha es gozoso, pero no es nada comparado con cuando empiezas a redimir a otros de su propia desdicha. Redimirse a uno mismo de la desdicha sigue siendo egoísta, interesado. Todavía queda algo del «yo», solo te estás ocupando de ti mismo. Y cuando el yo desaparece y estás redimido, ¿cómo es posible concluir el viaje? Ahora tienes que redimir a otros. Por eso a Jesús se le llama «el Redentor». Pero él no es el único cristo. Ha habido muchos antes que él, ha habido muchos después de él, habrá muchos en el futuro. Quien se vuelve un buda tiene que convertirse, por necesidad, en un redentor de todos. La alegría propia, la paz propia, las bendiciones propias son cosas pequeñas. No te contentes con ellas. Recuerda siempre que un día tienes que compartir, un día tienes que ayudar a los demás a despertar. Esta semilla tiene que plantarse en lo profundo de tu corazón, para que cuando florezca tu estado búdico no desaparezcas del mundo. Los budistas tienen dos palabras; una es arhat. Arhat significa: la persona que se ha iluminado pero piensa que todo ha terminado, que su trabajo está completo... y desaparece. La otra es boddhisattva: se ha iluminado y no desaparece, insiste en estar aquí, se prolonga para estar aquí, el mayor tiempo posible.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .