Si la víctima es pura y de tendencias espirituales, será objeto de protección especial y

dormirá tranquilamente hasta el término de su existencia física normal. Pero si es de otro modo, quedará consciente, aunque incapaz de darse cuenta de que ha perdido su cuerpo físico, y obsesionada a veces durante algún tiempo por la escena fatal de horrores a que no puede sustraerse.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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