¿Pero qué podemos decir de estas naciones impías, en medio de las cuales han sido

enviados este hombre nuevo y su precursor? «Se parecen a esos niños que están sentados en la plaza, y gritan a sus compañeros, diciéndoles: hemos tocado la flauta para que os divirtáis y no habéis bailado; hemos cantado aires lúgubres para incitaros a llorar y no habéis dado muestras de dolor». Porque el precursor del nombre nuevo, o nuestro fiel compañero, ha venido al dolor y a las lágrimas, como si hubiese nacido de mujer y las naciones impías han di- cho: está poseído por el demonio. El hombre nuevo ha venido en la alegría y en el consuelo, como nacido del espíritu y del amor, y le han dicho: es un hombre de buen comer, al que le gusta beber; es un amigo de los publícanos y de la gente de mal vivir. Han tratado al hombre nuevo y al fiel compañero lo mismo que trataron al reparador y al que iba delante de él en la virtud y en el espíritu de Elias, para preparar los caminos de la misericordia.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

Índice