Y si le pega al marido se siente culpable de que ha hecho algo irreligioso,

algo como un pecado; así que no puede pegarle al marido. ¡Pero quiere pegar! ¿Qué puede hacer? O rompe los platos —y eso es costoso, y ella misma sufre de esa manera, eso no sirve— o el camino más fácil, el camino más barato, más económico: pegarse a sí misma, arrancarse el pelo, tirarse contra la pared, darse con la cabeza contra la pared. Eso es lo más barato. Quería pegarle en la cabeza al marido pero no podía hacerlo, no está permitido; es inmoral. ¿Quién le ha enseñado esta idea? El marido..., los maridos y sus sacerdotes y sus políticos.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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