Son muy expresivos los textos en los que Kircher relata con detalle su encuentro con

los volcanes de Italia: "Encendido, pues, por el deseo de explorar todas las cosas con la ayuda insigne de las trirremes maltesas (...) subí al Etna, que es como la fuente de todos los prodigios que hay en Sicilia, para comprobar por propio experimento (...) las maravillas que los historiadores de todos los siglos habían escrito. Y luego fui a las islas Eolias o Hefestias y ante todo a Strómboli y también al estrecho de Messina, al que llaman de Vulcano, y que es muy peligroso por los cambios de las corrientes y lo exploré durante tres años y luego con gran esfuerzo me dediqué a estudiar los maravillosos movimientos, ebulliciones y toda clase de síntomas de las famosas Escila y Caribdis. Todas las cosas que llamaban mi atención, las confiaba luego al papel en casa, ponderándolas con la mayor exactitud, y esta relación es la que el lector encontrará en el curso de esta obra y podrá así comprobar lo que en ella se describe" (Del Prefacio a Mundus Subterraneus. Escrito en latín en 1660 y publicado en 1665) [SIERRA, 1981: 22].

Athanasius Kircher . El Geocosmos .

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