Usted dice que debemos rebelarnos contra la sociedad, y al mismo tiempo dice que no

debemos tener ambición. El deseo de mejorar la sociedad, ¿no es una ambición? He explicado muy detalladamente qué entiendo por rebelión, pero usaré dos palabras diferentes para hacerlo mas claro. Rebelarse dentro de la sociedad a fin de mejorarla un poquito, de producir ciertas reformas, es como la rebelión de los prisioneros para mejorar su vida dentro de los muros de la prisión; y una rebelión así no es rebelión en absoluto, sólo es un motín. ¿Alcanza a ver la diferencia? La rebelión dentro de la sociedad es como el motín de los prisioneros que quieren una comida mejor, un mejor trato dentro de la prisión; pero la rebelión que nace de la comprensión, es una ruptura individual con la sociedad, y eso es revolución creativa. Ahora bien, si usted como individuo rompe con la sociedad, ¿está ese acto motivado por la ambición? Si lo está, entonces no ha roto en absoluto, sigue estando dentro de la prisión, porque la base misma de la sociedad es la ambición, el deseo de adquirir, la codicia. Pero si usted comprende todo eso y produce una revolución en su propia mente, en su corazón, entonces ya no es más ambicioso, ya no está motivado por la envidia, la codicia, el ansia de poseer; por lo tanto, estará enteramente fuera de una sociedad que se basa en esas cosas. Entonces es un individuo creativo y en su acción estará la semilla de una cultura diferente. Existe, pues, una gran diferencia entre la acción de la revolución creativa, y la acción de la revuelta o el motín dentro de la sociedad. En tanto nos interesemos en la mera reforma, en decorar los barrotes y muros de la prisión, no serenos creativos. La reforma siempre necesita más reforma, y sólo trae más desdicha, más destrucción. Mientras que la mente que comprende toda esta estructura de la codicia, de la ambición, y rompe con ella está en una revolución constante. Es una mente expansiva, creadora; por lo tanto, como una piedra que arrojan dentro de un estanque de aguas tranquilas, su acción produce ondas, y esas ondas formarán una civilización por completo diferente.

Jiddu Krishnamurti . El Proposito de la Educacion .

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