Mortales, enterrados en el sueño, levantaos y ved lo terrible que será esta ira, pues

debe compensar y llevar el peso de las iniquidades que se hayan ido acumulando a lo largo de todos los siglos, y sabed, antes de nada, que sois, vosotros mismos los que determináis la medida de las plagas y las venganzas que debéis hacer que caigan algún día sobre vosotros. Aprended, digo yo, a no blasfemar más contra vuestro Dios, porque, si debéis esperar encontrar en él una justicia y un poder superior a todas vuestras abominaciones, ¿por qué no podéis pensar, del mismo modo, en encontrar en él una dulzura y un gozo superiores a vuestras virtudes y a vuestros movimientos más puros y más avivados por el fuego del espíritu? Si determináis vosotros mismos la medida de vuestros males y de vuestros tormentos, también tenéis derecho a determinar la medida de vuestras alegrías y de vuestras recompensas, sin dudar que el corazón de vuestro Dios prefiere mil veces recompensaros a castigaros.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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