El camino del Tao no es el de la iluminación repentina. No es como el

Zen. El Zen es iluminación repentina, el Tao es crecimiento gradual. El Tao no cree en cambios repentinos, abruptos. El Tao cree en avanzar al mismo paso que la existencia, permitiendo que las cosas sucedan por si mismas, sin abrirse paso a la fuerza en modo alguno, sin empujar al río en modo alguno. Y el Tao dice: No hay necesidad de tener prisa, porque la eternidad está a tu alcance. Planta las semillas a tiempo y espera, y la primavera llega como ha llegado siempre. Y cuando llegue la primavera habrá flores. Pero espera, no tengas prisa. No empieces a tirar del árbol hacia arriba para que pueda crecer rápidamente. No estés en el tipo de mente que pide que todo sea como el café instantáneo. Aprende a esperar, porque la naturaleza se mueve muy, muy lentamente. Debido a ese movimiento lento hay gracia en la naturaleza.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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