¿Cuál es el incentivo que hay tras la búsqueda de Dios? ¿Es real esa búsqueda?

Para la mayoría de nosotros, es una manera de escapar de la realidad. Por lo tanto, debe estar muy claro en nosotros si este ir en busca de Dios es un escape o si es una búsqueda de la verdad en todo: la verdad en nuestras relaciones, la verdad en el valor de las cosas, la verdad en las ideas. Si estamos buscando a Dios meramente porque nos sentimos cansados de este mundo y sus desdichas, entonces esa búsqueda es un escape. Entonces creamos a Dios; por consiguiente, eso no es Dios. El Dios de los templos, de los libros, no es Dios, obviamente; es un escape maravilloso. Pero si tratamos de encontrar la verdad, no en una serie exclusiva de acciones sino en todas nuestras acciones, ideas y relaciones, si buscamos la correcta evaluación del alimento, la ropa y la vivienda que necesitamos, entonces, debido a que nuestras mentes son capaces de tener claridad y comprensión, cuando busquemos la realidad la encontraremos. No será un escape. Pero si estamos contundidos con respecto a las cosas del mundo alimento, ropa, vivienda, relaciones e ideas-, ¿cómo podemos encontrar la realidad? Sólo podemos inventar la realidad. Así pues, una mente contusa, condicionada, limitada, no puede conocer a Dios, la verdad o la realidad. ¿Cómo puede una mente así pensar en Dios? Primero tiene que liberarse de su condicionamiento. Tiene que liberarse de sus propias limitaciones, y sólo entonces puede saber qué es Dios; evidentemente, no puede saberlo antes. La realidad es lo desconocido, y aquello que conocemos no es lo real.

Jiddu Krishnamurti . El Libro de la Vida .

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