El cascarón astral va de un lado a otro según las corrientes astrales, y si

no esta muy descompuesto puede vitalizarse por el magnetismo de las almas encarnadas en la tierra, siendo así capaz de alguna actividad. Absorbe el magnetismo como una esponja el agua, repitiendo con intensidad marcadísima las vibraciones a que ha estado acostumbrado en otro tiempo. Semejantes vibraciones se ponen de manifiesto generalmente bajo la acción de algún pensamiento común al alma desaparecida y a sus amigos terrestres, y el cascarón, así vitalizado, puede desempeñar muy regularmente el papel de inteligencia comunicante. Se distingue, sin embargo, aparte del empleo de la visión astral, por la repetición automática de los pensamientos familiares, así como por la carencia de toda idea original y de todo conocimiento adquirido después de la muerte física.

Annie Besant . La sabiduría antigua .

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