Reanimándolas así con el calor de su propio fuego, no hará más que repetir lo
que el reparador universal ha hecho con él y lo que hace continuamente con toda la especia humana, a quien no deja de enviar rayos de su fuego Divino para que se decidan a su sacrificio, porque este reparador no sólo ha permanecido tres días en la tumba, no sólo se ha quedado cuarenta días en la tierra después de su resurrección, sino que además tiene que quedarse en el mundo hasta la consumación de los siglos.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .