El amor no tiene nada que ver con el placer, con la sensación. El amor

no es producto del pensamiento; por lo tanto, no se encuentra dentro de la estructura del cerebro. Es algo que está por completo fuera del cerebro, porque el cerebro, por su propia naturaleza, por su estructura, es un instrumento de la sensación, de las respuestas nerviosas, etcétera. El amor no puede existir donde hay mera sensación. La memoria no es amor. También debemos considerar juntos qué es una vida religiosa y qué es religión. También ésta es una cuestión muy compleja. Los seres humanos han buscado algo más allá de lo físico, más allá de la existencia cotidiana de angustia, dolor o placer. Han buscado algo más allá, primero en las nubes: el trueno era la voz de dios. Después adoraron los árboles, las piedras. Los aldeanos que viven muy lejos de esta fea y brutal ciudad, todavía adoran piedras, árboles y pequeñas imágenes. El hombre quiere descubrir si existe algo sagrado, y viene el sacerdote y dice: “Yo te lo mostraré”, tal como lo hace un gurú. El sacerdote de Occidente tiene sus rituales, sus repeticiones, sus disfraces y adora su imagen particular. Y ustedes… ustedes tienen sus propias imágenes. O no creen en ninguna de esas cosas, dicen que son ateos. Pero tanto ustedes como quien les habla quieren descubrir algo que puede estar más allá del tiempo, más allá de todo pensamiento. Así que juntos vamos a investigar, a ejercitar nuestro cerebro, nuestra razón, nuestra lógica, para descubrir qué es la religión, qué es una vida religiosa y si es posible vivir una vida religiosa en este mundo moderno. Vamos a averiguar, pues, por nosotros mismos qué es realmente, verdaderamente, una vida religiosa. Y eso sólo podremos descubrirlo cuando comprendamos qué son realmente las religiones y descartemos todo eso, cuando ya no pertenezcamos a ninguna religión, a ninguna organización, a ningún gurú, a ninguna de las que se titulan autoridades espirituales. No existe ningún tipo de autoridad espiritual; ése es uno de los crímenes que hemos cometida: inventar un mediador entre la verdad y nosotros mismos.

Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .

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