El corazón está sentado a la derecha del alma y es el que tiene que
ayudarle a poner a todos los enemigos bajo sus pies. El espíritu está a la izquierda, para advertir la proximidad del enemigo. Cuando tiene la satisfacción de hacer que triunfe la ley y de poner a sus enemigos bajo sus pies, el espíritu se pasa a la derecha y la derecha entra en la línea de la unidad. ¿No se dice por todas partes que el reparador, que es el modelo divino del hombre nuevo, está a la derecha de Dios? El espíritu está a su izquierda y es el encargado de vigilar al enemigo y promulgar los juicios de la inteligencia eterna, expresiones que no tienen lugar nada más que para el tiempo y sobre las cuales el hombre ilumi- nado no puede hacer premisas, ya que sabe que, por encima del tiempo, todos los nombres no forman nada más que un solo nombre, lo mismo que no expre- san nada más que un solo acto. Pero, en el cuadro de esta disposición temporal de las obras divinas, el hombre nuevo ve por qué se nos ha dicho que nuestra vida estaba oculta en el reparador: es porque el reparador es la vida y porque nosotros no vivimos nada más que por el corazón y ésa es una razón más de que el hombre esté a la derecha del Señor.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .