Los enemigos de la paz y de la luz, al tratarte así, tendrán mucho cuidado
de observar algunos puntos de la ley, para parecer fieles a la justicia, mientras degüellan tu inocencia. Así es como los judíos, llevando al reparador ante Pilatos para entregarlo a la muerte, no quisieron entrar en el palacio de este gobernador que no era de su religión, por miedo a que, al estar impuros, no pudiesen comer la pascua.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .