Este hombre nuevo, al ver en él a tantos de estos hombres atormentados por espíritus
impuros, tantos enfermos y lisiados, que le llegarán de todos los rincones para que los cure, sentirá sus entrañas conmovidas de compa- sión, al verlos sufrir así y dispersos como los corderos que no tienen pastor, y dirá a sus buenos intelectos: la cosecha es grande, pero hay pocos obre- ros, pedid al jefe de la siega que envíe más obreros. No dejará de animarlos con su ejemplo para que se hagan ellos mismos obreros y le ayuden en su obra. No dejará de advertirles que esta obra encontrará muchos contradictores invisibles que no podrán tener opinión sobre ella, ya que estarán siempre en las tinieblas.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .