Te han dicho desde la infancia: «Has de ser como Jesucristo», «Has de ser como

Buda». Pero ¿por qué? ¿Por qué tendrías que ser como Buda? Buda nunca fue como tú. Buda era Buda, como Jesucristo era Jesucristo, como Krisna era Krisna. ¿Por qué tendrías que ser como Krisna? ¿Qué mal has hecho a nadie, qué pecado has cometido para tener que ser como Krisna? Dios nunca creó a otro Krisna, ni a otro Buda, ni a otro Jesucristo... No le gusta crear lo mismo una y otra vez. Es un creador, no una cadena de montaje, como si produjera coches Ford. Dios no es una cadena de montaje, sino un creador original, y jamás crea lo mismo. Y lo mismo no tendría valor. Imaginaos que Jesucristo estuviera de nuevo entre vosotros: no encajaría. Sería una antigualla, estaría pasado de moda y solo tendría cabida en un museo. No habría ningún otro sitio para él. Dios nunca se repite; pero siempre te han enseñado a ser como otra persona: «Tendrías que ser como el hijo del vecino... Fíjate en lo inteligente que es». «Mira a esa chica, con qué elegancia anda. Así tendrías que ser tú.» Siempre te han enseñado que seas como otra persona. Nadie te ha dicho que seas tú mismo y que respetes tu ser, el don de Dios. Nunca imites a nadie: eso es lo que te digo. Jamás imites a nadie. Sé tú mismo; se lo debes a Dios. ¡Sé tú mismo! Sé realmente tú mismo y entonces comprenderás que eres especial. Dios te ama, y por eso eres. Por eso eres en primer lugar, porque si no, no existirías. Eso indica el enorme amor que Dios siente por ti. Pero el hecho de que seas especial no te compara con nadie, no significa que seas especial en comparación con tus vecinos, tus amigos, tu esposa, tu marido. Eres especial simplemente porque eres único. Eres la única persona igual que tú. Con ese respeto, con esa comprensión, se desvanecerán los esfuerzos por ser especial.

Osho . El libro del ego .

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