Hombre elegido antes que Israel, fíjate un poco en ti mismo, en la universalidad de
los bienes que se te han prodigado y en los que puedes esperar cada vez más si perseveras, y verás que no se debería producir ni un solo movimiento en la más pequeña de tus facultades sin que éste terminase viendo que se levanta un altar al Señor y que todo tu ser es esa tierra prometida que debería estar llena de los monumentos de su gloria, de su amor, de su poder y de las conquistas que él querría en todo momento que ganases sobre los inicuos habitantes de esta tierra santa, a la que nunca deberían haberse acercado.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .