Yo veo las implicaciones del apego pero, no obstante, quisiera preguntar si no existe cierto

apego biológico. Hay apegos en el reino animal. ¿Cómo puede uno concebir a la raza humana, compuesta por millones de personas, por familias humanas, sin apegos entre ellas? Espere, señor. ¿Estamos hablando a los millones de personas o le estamos hablando a usted acerca del apego? ¿Comprende mi pregunta? Porque los millones de personas no se interesan en esto. Los millones en la India, Sudamérica, etcétera, no se interesan en esto. Ellos dicen: “¡Por el amor de Dios, déme alimento, ropa y albergue, estoy hambriento, estoy enfermo!”. Y usted está diciendo: “¿Cómo puede pedir a estos millones de personas que no tengan apegos?” ¡No puede! Pero le estamos hablando a usted, ¿correcto? Por favor, escuche esto: si en su conciencia, que es la conciencia de millones de personas, hay una transformación, entonces esa transformación afecta a los millones. Entonces tendrán ustedes una clase diferente de educación, una diferente clase de sociedad, ¿entiende? Usted está apegado a su madre, por supuesto. Cuando era niño necesitaba una madre y un padre que cuidaran de usted; el niño necesita completa seguridad, cuanta más seguridad tenga de la clase apropiada, tanto más feliz será. Pero millones de personas quieren seguridad y piensan que la encontrarán en el apego, apego a su país, a su pequeña casa. Están dispuestas a pelear contra el resto del mundo por su país; éste es su apego. El católico está dispuesto a pelear por su apego contra el protestante. Lo que ahora nos concierne es la gente que se encuentra por el momento en esta carpa. Si yo fuera y hablara a las personas que están trabajando en la carretera, me dirían: “Por favor, váyase, lo que necesitamos es un poco de cerveza”. Estamos hablándole a usted. ¿Puede cambiar el contenido de su conciencia de modo que en esa transformación afecte la conciencia del hombre? Vea, las que se titulan religiones han hablado a los individuos por miles de años, y la conciencia de ustedes ha aceptado este condicionamiento como católicos o protestantes; y si son siquiera algo serios en aquello para lo cual han sido condicionados, funcionan a partir de allí, y la conciencia de ustedes ha afectado la conciencia del mundo. Ahora estamos diciendo que, en la transformación de esa conciencia, con todo su contenido, en esa libertad, tienen ustedes una energía extraordinaria que es la esencia misma de la inteligencia, y que esa inteligencia operará en todos los campos si están ustedes atentos a la totalidad de la existencia humana. Vean lo que está sucediendo: todo el mundo necesita ropa, alimento y albergue, pero eso no es posible a causa de la división, la división racial, la división nacional, la división económica, la competencia por el poder entre las naciones. Una vez estábamos hablando de esto con un político prominente, un miembro del gabinete, que dijo: “Mi querido señor, eso es imposible, es un ideal maravilloso pero está a una distancia muy lejana; me gusta lo que usted dice, pero es impracticable. Tenemos que habérnoslas con lo inmediato”. ¿Comprenden? Y lo inmediato es el poder de ellos, su posición, su ideología, la cosa más impracticable y más destructiva. Ustedes conocen todo esto. ¿No creen que si todos los políticos del mundo se unieran y dijeran: “Olvidemos nuestros sistemas, nuestras ideologías, nuestro poder, ocupémonos del sufrimiento humano, de las necesidades humanas, del alimento, la ropa, el albergue”, no creen que podríamos resolver este problema? ¡Por supuesto que podríamos! Pero nadie quiere. Cada cual se interesa en su propia enfermedad inmediata, en su propia ideología.

Jiddu Krishnamurti . Encuentro Con la Vida .

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