No te extrañes tampoco de que el hombre nuevo, después de volver con su padre
y quedarse allí el tiempo establecido, te dé por tus números particulares nuevas señales de su presencia y de su interés por ti, porque, «cuando se cumplan los días de pentecostés, y estén todos tus discípulos reunidos en el mismo lugar, oirás de repente un ruido muy fuerte, como un viento violento e impetuoso que vendrá del cielo y llenará toda la casa donde estéis sentados. Al mismo tiempo, verás que aparecen como lenguas de fuego que se dividen y se detienen sobre cada uno de ellos. Inmediatamente estarán todos llenos del Espíritu Santo y empezarán a hablar diversas lenguas, según les ponga el Espíritu Santo las palabras en la boca.
Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .