Verás porqué los príncipes de los sacerdotes, los senadores, los soldados y todo el pueblo

que pasaba por allí lo llenan de desprecios, diciéndole que, si era el elegido de Dios, enviado para salvar a los demás, se salvase a sí mismo y, si quería que creyesen en él, no tenía que hacer nada más que bajar de la cruz. Ellos no saben que no dispone nada más que de este medio cruel para realizar la obra de nuestra liberación, porque nosotros hemos dejado crucificar por la sangre y la materia lo que era de él y lo que había salido de él y porque. Si el reparador bajase de la cruz, no se cumpliría la obra espiritual, aunque los ojos corporales de la multitud asegurasen que se habían convencido con este prodigio.

Louis-Claude de Saint Martin . El Hombre Nuevo .

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