Muchas personas tienen la creencia de que se puede controlar el deseo sexual por pura
fuerza de voluntad obligándose a dominar el impulso, bien sea sexual o de alcohol o cigarrillo-drogas o cualquier defecto. Esto no sirve de nada porque lo que se gana es la represión que lo obliga a irrumpir por otro lado. Lo único es cambiar la atención y salir de allí en la forma siguiente: «YO SOY la Presencia que cambia esto y lo cambia ahora, porque la Acción de Dios es siempre instantánea».
Saint Germain . El Libro de Oro de Saint Germain .