Una chica encantadora pero bastante plana acudió a un médico para su revisión física periódica.

«Por favor, quítese la blusa», le dijo el doctor. «Oh, no», protestó la joven. «¡No puedo hacerlo!» «Venga, venga», replicó el doctor. «No hagamos montañas de granos de arena.» Pero eso es lo que sucede en el amor: la gente empieza a hacer montañas de granos de arena. Y luego, cuando se afianza la frustración, empieza a hacer granos de arena de montañas. Todo parece hermoso cuando estás en ese estado drogado. Por eso en todas las lenguas del mundo existe la expresión «caer en»: caes de tu consciencia, pierdes tu consciencia, eres casi un borracho. Entonces una mujer corriente parece muy bella, muy angelical; un hombre corriente parece Hércules. Todo parece tan grande y tan estupendo, y esto no es más que una proyección de tu deseo. Y tarde o temprano te estrellarás con la realidad: y Hércules se vendrá abajo y Cleopatra se vendrá abajo. Y entonces estás sentado junto a un hombre corriente, una mujer corriente, preguntándote qué estás haciendo ahí, preguntándote cómo llegaste ahí. Y si también hay algunos niños jugando por ahí, ¡se acabó! Entonces, simplemente por esos niños, tenéis que estar juntos. Hércules ha muerto, Cleopatra ha muerto; tan solo dos personas corrientes, con cara de tontos, cuidando a los niños, porque hay que educarlos. Y ellos harán lo mismo, tarde o temprano.

Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .

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