Sentirse solo, aislado, no puede crear amor. Crea necesidad. El amor no es una necesidad.
Entonces, ¿qué es el amor? El amor es un lujo. Proviene de la soledad: cuando estás tremendamente solo y feliz y alegre y celebrando y sigue almacenándose en ti mucha energía. No necesitas a nadie. En ese momento la energía es tanta que quisieras compartirla; entonces das. Das porque tienes tanta; das sin pedir nada a cambio: eso es amor. De manera que muy pocas personas alcanzan el amor, y ésas son las personas que primero alcanzan la soledad. Y cuando estás solo, la meditación es natural, sencilla, espontánea. Entonces simplemente te sientas en silencio, sin hacer nada, y estás en meditación. No necesitas repetir un mantra, no necesitas canturrear ningún sonido estúpido. Simplemente te sientas, o caminas, o haces tus cosas, y la meditación está ahí rodeándote como una atmósfera, rodeándote como una nube blanca. Estás imbuido de la luz, estás inmerso en ella, bañado en ella, y ese frescor sigue manando en ti. Ahora empiezas a compartir. ¿Qué otra cosa puedes hacer? Cuando nace una canción en tu corazón tienes que cantarla. Y cuando nace el amor en tu corazón —el amor es un producto derivado de la soledad— tienes que irradiarlo. Cuando la nube está llena de lluvia, llueve, y cuando la flor está llena de fragancia, emite su fragancia a los vientos. Sin dirección concreta, la fragancia se emite y la flor no espera a preguntar: «¿Qué va a venirme a mí a cambio?» La flor está feliz de que los vientos sean tan amables y la liberen de una carga. Esto es el amor verdadero: entonces no hay posesividad. Y ésta es la meditación verdadera: entonces no hay esfuerzo. Amrito, lo que te ha sucedido es inmensamente valioso, solo tu interpretación es errónea. Dices: «Después de la ola gigante de acontecimientos y con el recuerdo de una profunda experiencia, me enfrento a una nueva soledad.» Por favor, no lo llames soledad, o si lo llamas soledad intenta comprender su naturaleza. «Los esfuerzos por compartir o escapar a distracciones tienen malos resultados.» Están abocados a tener malos resultados, porque es soledad, realmente soledad. Te perderás algo si te escapas de ella. Es escaparte de tu propio tesoro interno, es escaparte de tu riqueza, de tu propio reino. El resultado será desastroso. No te escapes; profundiza en ella, sumérgete profundamente en ella, olvídate completamente de escapar. Eso es lo que has estado haciendo toda tu vida, Amrito. Esta vez, ¡no! Esta vez tienes que entrar en ella. Esta vez tienes que saborearla en su totalidad. Tienes que convertirte en ella, tienes que ver lo que es, con raíz y todo. Y una vez que la hayas visto y vivido, saldrás de ella como una persona totalmente nueva: renacido. He estado observándote: desde el día que llegaste aquí, he estado observándote continuamente. He estado a tu alrededor, te he estado mirando a los ojos, a tu rostro: ha sucedido algo profundo. ¡Pero va a suceder mucho más! Si te escapas, te perderás ese «mucho más» que está en camino. ¡No! Lo has hecho muchas veces, lo has estado haciendo durante muchas vidas. Esta vez desecha todo el miedo, desecha todos los recuerdos..., entra en el nuevo rostro de la soledad. Es realmente soledad, no es aislamiento. No necesitas escaparte. Si te escapas del aislamiento te sentirás bien. Si te escapas de la soledad te sentirás mal.
Osho . El Secreto de los Secretos: Charlas sobre el secreto de la Flor Dorada .