La mayoría de nosotros está atrapada en hábitos físicos y psicológicos. Algunos somos conscientes de
ellos y otros no. Si nos damos cuenta de esos hábitos, ¿es posible entonces terminar con un hábito en particular instantáneamente y no arrastrarlo por muchos meses y años? Si nos damos cuenta de determinado hábito, ¿es posible que terminemos con él sin lucha alguna y que cese instantáneamente el hábito de fumar, la sacudida singular de la cabeza, la sonrisa habitual o cualquiera de los distintos hábitos peculiares que tenemos? ¿Es posible darse cuenta del parloteo interminable sobre naderías, de la inquietud de la mente; puede uno hacerlo sin resistencia o control alguno, de modo que cese fácilmente sin esfuerzo, de inmediato? En eso hay varias cosas involucradas: primero, la comprensión de que la lucha contra algo como un hábito en particular, desarrolla una forma de resistencia contra ese hábito; y uno aprende que la resistencia, en cualquier forma, engendra más conflicto. Si resistimos un hábito, tratamos de reprimirlo y luchamos contra él, malgastamos en la lucha por controlarlo la misma energía necesaria para comprenderlo. En eso está envuelta una segunda cosa: damos por supuesto que el tiempo es necesario y que cualquier hábito en particular tiene que acabarse lentamente, tiene que ser suprimido poco a poco.
Jiddu Krishnamurti . El vuelo del águila .