En ningún sector de la vida se sentirán tan potentemente estos grandes cambios como en

la actitud que adoptará el hombre hacia el sexo y en el reajuste de la relación marital, nueva actitud que irá produciéndose gradualmente a medida que la ciencia de la sicología, que se desarrolla lentamente, haga valer sus derechos. Cuando el hombre llegue a comprender su triple naturaleza y penetre en la naturaleza de su conciencia y en la profundidad de su propia vida subconsciente, tendrá lugar, gradual y automáticamente, un cambio en la actitud del hombre hacia la mujer y de la mujer hacia su destino. Cambio necesario que no será el resultado de medidas legales o de decisiones hechas por los representantes del pueblo para enfrentar los desastres del momento; vendrá lentamente como resultado del inteligente interés demostrado por las tres generaciones venideras. Los que vienen ahora a la existencia y los que vendrán durante el próximo siglo estarán bien preparados para enfrentar el problema del sexo, pues comprenderán el problema con mayor claridad que la vieja generación y pensarán en términos más extensos y amplios de lo que es común hoy. Serán más conscientes del grupo y menos individualistas y egoístas, se interesarán más por las nuevas ideas que por las antiguas teologías, no tendrán tantos prejuicios y serán más tolerantes que la mayoría de las actuales personas bien intencionadas. La sicología está recién ahora entrando en sus derechos y comenzando a comprender cuál es su función, sin embargo dentro de cien años será la ciencia que predominará y los nuevos sistemas de educación, fundados en la sicología científica, habrán reemplazado totalmente nuestros métodos modernos. En el futuro se tratará de determinar el propósito de la vida del hombre. Se efectuará cuando se sepa a qué rayo pertenece, mediante el análisis de su equipo (la sicología vocacional es el incipiente comienzo), el estudio de su horóscopo y cuando se le imparta una base sólida respecto al control mental y al entrenamiento de la memoria, a fin de retener la información suministrada. Se dará especial atención al procedimiento por el cual podrá integrar su personalidad y elevar y purificar las cualidades vivientes, todo lo cual tendrá por objeto llegar a ser consciente y de valor para el grupo. Este factor es de gran importancia. Síntesis, pureza física, descentralización y bien grupal, serán notas claves de la enseñanza a impartirse. Se enseñará el control emocional y el recto pensar, y una vez logrados se adquirirá automáticamente el conocimiento de las realidades espirituales y se subordinará la vida al propósito grupal. Las relaciones del hombre estarán inteligentemente dirigidas, y su vinculación con el otro sexo será guiada no sólo por el amor y el deseo, sino por la ordenada comprensión intelectual de la verdadera significación del matrimonio. Lo antedicho puede aplicarse a la mayoría de las personas inteligentes y bien intencionadas, cuyas normas se desarrollarán en el transcurso de las décadas, y personificarán los sueños e ideales de los visionarios más avanzados de hoy. Existirán personas irreflexivas, ociosas y estúpidas, pero la evolución va aprisa y el orden está en camino.

Alice A. Bailey . El Sexo .

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